TEORÍAS
LITERARIAS
ESPAÑOL Y
LITERATURA
Caperucita roja
contada por el lobo
Por: Vanessa
Chavez Mena
Módulo de teorías
literarias: narrativa
2.
LECTURA
Caperucita
roja contada por el lobo
Por:
Lief Fehar
Prepárense
señores porque a continuación el lobo presentará sus descargos. Es que nadie
puede ser juzgado sin previamente no haber sido escuchado en juicio. Juzguen
ustedes al final de la lectura.
El
bosque era mi casa. Allí vivía yo y lo cuidaba. Procuraba tenerlo siempre
limpio y arreglado. Un día de sol, mientras estaba recogiendo la basura que
habían dejado unos domingueros, oí unos pasos. De un salto me escondí detrás de
un árbol y vi a una chiquilla más bien pequeña que bajaba por el sendero
llevando una cestita en la mano.
En
seguida sospeché de ella porque vestía de una forma un poco estrafalaria, toda
de rojo, con la cabeza cubierta, como si no quisiera ser reconocida.
Naturalmente
me paré para ver quién era y le pregunté cómo se llamaba, a dónde iba y cosas
por el estilo. Me contó que iba a llevar la comida a su abuelita y me pareció
una persona honesta y buena, pero lo cierto es que estaba en mi bosque y
resultaba sospechosa con aquella extraña caperuza, así que le advertí,
sencillamente, de lo peligroso que era atravesar el bosque sin antes haber
pedido permiso y con un atuendo tan raro.
Después
la dejé que se fuera por su camino pero yo me apresuré a ir a ver a su
abuelita.
Cuando
vi a aquella simpática viejecita le expliqué el problema y ella estuvo de
acuerdo en que su nieta necesitaba una lección.
Quedamos
en que se quedaría fuera de la casa, pero la verdad es que se escondió debajo
de la cama: yo me vestí con sus ropas y me metí dentro.
Cuando
llegó la niña la invité a entrar en el dormitorio y ella en seguida dijo algo
poco agradable sobre mis grandes orejas. Ya con anterioridad me había dicho
otra cosa desagradable, pero hice lo que pude para justificar que mis grandes
orejas me permitirían oírla mejor. Quise decirle también que me encantaba
escucharla y que quería prestar mucha atención a lo que me decía, pero ella
hizo en seguida otro comentario sobre mis ojos saltones.
Podéis
imaginar que empecé a sentir cierta antipatía por esta niña que aparentemente
era muy buena, pero bien poco simpática. Sin embargo, como ya es costumbre en
mí poner la otra mejilla, le dije que mis ojos grandes me servirían para verla
mejor.
El
insulto siguiente sí que de veras me hirió. Es cierto que tengo grandes
problemas con mis dientes que son enormes, pero aquella niña hizo un comentario
muy duro refiriéndose a ellos y aunque sé que hubiera tenido que controlarme
mejor, salté de la cama y le dije furioso que mis dientes me servían ¡para
comérmela mejor!
Ahora,
seamos sinceros, todo el mundo sabe que ningún lobo se comería a una niña. Pero
aquella loca chiquilla empezó a correr por la casa gritando y yo detrás,
intentando calmarla hasta que se abrió de improviso la puerta y apareció un
guardabosque con un hacha en la mano. Lo peor es que yo me había quitado ya el
vestido de la abuela y en seguida vi que estaba metido en un lío, así que me
lancé por una ventana que había abierta y corrí lo más veloz que pude.
Me
gustaría decir que así fue el final de todo aquel asunto, pero aquella abuelita
nunca contó la verdad de la historia. Poco después empezó a circular la voz de
que yo era un tipo malo y antipático y todos empezaron a evitarme.
No
sé nada de aquella niña con aquella extravagante caperuza roja, pero después de
aquel percance ya nunca he vuelto a vivir en paz.
1.
ANÁLISIS
a) Elabore un resumen del cuento
b) Presente un breve análisis de los siguientes aspectos del cuento:
a. Personaje(s)
b. Espacio
c.
Relación del texto con otros textos
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